274 internos han remodelado por completo el módulo 103, convirtiéndolo en un recinto digno de imitar.
Antes de ingresar al módulo 103 del Centro de Detención Preventiva del Complejo Penitenciario de Valparaíso ya se percibe algo distinto. Dos faroles iluminan la entrada, mientras que en su interior es el evangelio el que ilumina los corazones de los internos que por medio de la palabra de Cristo transforman sus vidas.
Ya en el interior del 103 las diferencias con los otros módulos se hacen evidentes. De inmediato se escucha la música proveniente de guitarras y mandolinas y se puede ver a grupo de internos cantando alabanzas que agradecen a Dios y depositan en él sus esperanzas de una nueva vida, una alejada de la delincuencia. La tranquilidad es llamativa, tanto como la amabilidad y alegría de quienes habitan esta dependencia.